,

Propuesta Microcréditos Meki

María José Morales05-Sep, 2021

Del proyecto en Meki solo contaros que estamos muy contentas de cómo está yendo todo.

Tal y como se explica en la presentación del proyecto de microcréditos, en el mes de marzo seleccionamos ya a las 600 beneficiarias del proyecto y se formaron los 20 grupos de ahorro. Los grupos de ahorro se reúnen cada 15 días, en el día y lugar que han decidido, y en sus reuniones nos alegra ver el buen entendimiento que hay entre ellas. De manera regular realizamos también visitas domiciliarias para conocer mejor las condiciones en las que viven cada una de estas mujeres y sus familiares. Se están realizando también charlas sanitarias, distribuyendo material de limpieza y ya seleccionamos a dos de las mujeres que vivían en chamizos de barro donde entraba el agua de la lluvia y les estamos construyendo casas de adobe nuevas como parte del proyecto.

Las condiciones en las que viven las mujeres seleccionadas en el proyecto son, en muchos casos, situaciones de extrema pobreza que ha ido empeorando por la falta de trabajo y la inestabilidad política y los conflictos en el país. El hecho de sentirse parte del proyecto, y de haber sido seleccionadas para integrar los grupos de ahorro ha sido muy importante para ellas y les está dando ánimos y esperanza para mejorar su situación. Es increíble el cambio que ya estamos viendo en sus caras, en sus sonrisas…precioso!!. No podemos más que dar gracias a Dios por ponernos a todas en el mismo camino y acompañarnos las unas a las otras.

También hemos contratado a más mujeres como miembros del equipo de trabajo, para poder dar el adecuado seguimiento a las 600 mujeres y al proyecto en general. El equipo del proyecto son en total 10 mujeres jóvenes, la mayoría de ellas antiguas alumnas de los cursos de formación profesional del Centro Kidist Mariam.

La parte del capital inicial que necesitarán para iniciar pequeños negocios será para una fase posterior, pues en el mes de septiembre llevarán seis meses funcionando y a partir de entonces podremos empezar la parte de selección de beneficiarias a las que dar formación y entrega de microcréditos para iniciar sus negocios. Os iremos manteniendo informados.

Documentación adicional. Propuesta Microcréditos Meki Actualizado

 

,

Matilda Banduru.

Jaime Fernandez15-Ago, 2021

Todo el mundo en Lodonga sabe donde encontrar a Matilda Bandaru, ya que todos los días de mercado se sienta en su puesto de siempre a vender la sal de mejor calidad de la región. Hace ya 5 años que solicitó su primer préstamo para comenzar este negocio, y gracias a los otros tres recibidos hasta ahora de cuantías crecientes ha podido introducir productos como café, soja, jengibre, hojas de té, ajos y jabón artesanal. Es una emprendedora nata, y nunca deja de pensar en cómo hacer crecer su negocio. En un futuro, le encantaría poder incluir el azúcar en su stock de productos ya que percibe una alta demanda en los mercados que frecuenta.


Sus aspiraciones tampoco se ciñen sólo a los negocios, sino que en las últimas elecciones en enero de 2021 decidió presentarse como representante de las mujeres en la localidad y ganó de manera holgada. Fruto de su matrimonio tiene seis hijos, todos mayores de edad. Aun así, todavía no ha llegado su momento de descansar de cuidar y educar niños, ya que desde la muerte de su hijo mayor por un accidente de motocicleta se hace cargo de sus 3 nietos. Su sueño es que muchas mujeres de su localidad alcancen la independencia económica necesaria para tomar todas las decisiones en sus propias vidas.

,

Udaya Nusula.

África Directo.20-Jun, 2021

Udaya Nusula es una mujer fuerte, extrovertida y habladora con grandes dotes para la venta. Todos los días de la semana coge su bicicleta o un boda-boda (motocicleta-taxi típica de Uganda) para dirigirse a alguno de los muchos mercados de la zona y vender sus exóticas telas. Una vez allí, prefiere moverse ofreciendo sus productos que quedarse en un puesto fijo. Después de dos años en los que ha conseguido consolidar su negocio, le gustaría utilizar el siguiente préstamo para poder importar las telas directamente de la República Democrática del Congo y poder ahorrarse a los intermediarios, incrementando así su margen de beneficio.
A sus 52 años todavía le encanta cantar y bailar, aprovecha cualquier oportunidad para crear un ambiente festivo y animar a sus vecinos o quien se encuentre cerca a moverse rítmicamente al son de la música que ella es capaz de crear con su pequeño tambor. Ella sabe lo que es tomarse la vida con pasión y es lo que les intenta transmitir a sus 5 hijos cada día.

,

Lillian Agnes

Jaime Fernandez24-May, 2021

Lillian Agnes es una joven mujer sud-sudanesa de 19 años viviendo su segunda etapa de refugiada en el Asentamiento 6 Zona 4 del campo de refugiados de Bidi-Bidi al norte de Uganda. Ya durante la guerra civil que asoló Sudan entre 1983 y 2005 su madre tuvo que refugiarse en Uganda, donde nació ella. Al terminar el conflicto con la creación del estado de Sudán del Sur, la familia pudo volver a su lugar de origen y vivir en paz hasta 2016, cuando una nueva guerra civil en Sudan del Sur obligó a sus padres a enviarla a ella y sus hermanos como refugiados por miedo a lo que les pudiera pasar. Poco tiempo después sus padres mueren en el conflicto dejándola cómo única responsable de sus tres hermanos pequeños. A pesar de su juventud, es una ávida estudiante que ya ha completado 10 cursos completos de educación, y su sueño es realizar estudios superiores y que vuelva la paz en su país.
Desde hace 3 años vende aceite de cocinar, maíz y guisantes en el mercado local de la zona 4 del campo de refugiados. Ha estado interesada en el programa desde que lo conoció, pero su condición de menor de edad le impidió aplicar a un préstamo aunque sí que formó parte del grupo de ahorro de su zona. Ahora solicita entrar en el programa para poder incluir pescado y tomates en su oferta de productos y así incrementar su beneficio. Gracias a esta expansión del negocio pretende dar una mejor alimentación a Julliet, Alex y Gladys, sus tres hermanos pequeños que son su vida.

,

Jesca Kiden

Jaime Fernandez25-Abr, 2021

Jesca Kiden es una mujer sudanesa de 42 que reside como refugiada en el asentamiento 9 de la zona 4 del campo de refugiados de Bidi Bidi al norte de Uganda. Si alguien le preguntase si está casada, ella no sabría qué responder, ya que desde 2016 que atravesó la frontera de Uganda no ha vuelto a ver ni ha podido comunicarse con su marido, aunque todavía tiene la esperanza de poder volver a su lugar de origen y encontrarse con él. En el campo su principal ocupación es cuidar de sus dos hijas de 9 y 6 años, aunque eso no le impide aprovechar sus estudios en magisterio para tratar de enseñar a los demás niños del asentamiento.
Su sueño es que sus dos hijas puedan acceder a educación superior, y por ello decidió emprender y comenzar a ahorrar para llevar su sueño a cabo en el futuro. Empezó el programa hace 3 años y ha recibido dos préstamos hasta ahora, con los que comenzó a vender tomates, cacahuetes y sim-sim en varios mercados del campo de refugiados y la comunidad nacional ugandesa. Estando a punto de completar los repagos del segundo préstamo recibido, no pierde un segundo y ya está pensando en cómo invertir el siguiente. Ella quiere comprar las herramientas y semillas necesarias para plantar los productos que suele vender, y así incrementar sus márgenes.

Candiru Sabina

Jaime Fernandez04-Abr, 2021

Chandiru Sabina tiene 33 años y reside en la localidad de Mongoyo en el norte de Uganda. Tiene cinco hijos, aunque el mayor falleció por malaria cuando tenía nueve años. Gracias al esfuerzo de sus padres pudo terminar trece años de estudios escolares. Nunca pudo acceder a educación superior por falta de dinero. Su sueño es que sus hijos sí que puedan llegar a la universidad y licenciarse.
Hasta hace tres años sus ingresos provenían de la venta de vasijas y envases de plástico. Recibió su primer préstamo con la intención de aumentar su stock de productos pero en ese momento, y gracias a su nivel de estudios muy superior al de la media de mujeres de la zona, consiguió un trabajo en la farmacia de su localidad cómo vendedora. Decidió entonces utilizar el préstamo para comprar y criar cabras.

Dos años más tarde decidió emprender y empezar una pequeña tienda de medicinas en su propia casa. Para ello solicitó un segundo préstamo que pudo devolver antes de lo previsto gracias al
buen desempeño de su negocio. Ahora espera recibir un préstamo de mayor cuantía para poder aumentar su stock de medicinas, ya que con el capital actual no puede cubrir toda la demanda en su zona.

, ,

Dawa Aisha

Jaime Fernandez21-Mar, 2021

Dawa Aisha es una mujer ugandesa de 40 años residente en la localidad de Yiba, distrito de Yumbe, Uganda. Casada desde hace 15 años, tiene siete hijos, la mayoría en la etapa adolescente. Es extraño la innata capacidad que tiene con las matemáticas a la hora de hacer negocios, ya que nunca pudo asistir a la escuela. En su tribu no estaba bien visto que las niñas estudiaran debido a la creencia común de que las mujeres con estudios sólo podían acabar siendo prostitutas. Pero esto no ha sido impedimento para que ella ahora sea una mujer emprendedora e independiente.

Recibió su primer préstamo hace siete años con el qué empezó a comerciar con judías blancas. Habiendo demostrado su capacidad emprendedora, desde entonces ha recibido otros tres prestamos con los que ha aumentado su oferta de productos incluyendo sim-sim y maíz. En un futuro le gustaría seguir creciendo su negocio empezando a comerciar con cacahuetes. Lo que más le gusta de pertenecer a este programa es que ha alcanzado una independencia económica que no cree que podría haber alcanzado de otra manera.

Candiru Gloria

Jaime Fernandez14-Mar, 2021

Candiru Gloria es hija de dos profesores que hicieron un gran esfuerzo para que ella y sus hermanos pudieran completar estudios superiores. Siguiendo el ejemplo de sus padres, ha ejercido cómo profesora de educación primaria durante más de cuatro años. En marzo de 2020 debido a la pandemia del coronavirus el gobierno de Uganda decide cerrar todos los centros de educación del país, quedándose Chandiru sin trabajo ni ingresos. Estas circunstancias la empujaron a emprender para mantener a sus dos hijas. Desde hace un años compra al por mayor lencería femenina en Kampala y la vende en los mercados locales con un pequeño margen de ganancias.

Conoció el programa de microcréditos por una vecina suya, y rápidamente solicitó su entrada en él con la intención de utilizar el préstamo para comprar una bicicleta que le permitiera ahorrarse los costes de transporte a los mercados en los que ofrece sus productos y así incrementar su margen de beneficios. En el momento en el que vuelva a poder ejercer su profesión en el mundo educativo quiere enseñar y finalmente traspasar el negocio a su prima de 19 años, qué con sólo 4 cursos de educación primaria terminados no tiene muchas más opciones para lograr su independencia económica.

,

Historia de éxito: Vita Zairum.

Jaime Fernandez14-Mar, 2021

Cuando llega la hora de la comida, los trabajadores de Lodonga y los viajeros que pasan por la zona acuden cada día al restaurante de Vita Zaitun. A sus 47 años, Vita es un auténtico ejemplo para las mujeres del programa de microcréditos de África Directo y los Marian Brothers, desde que comenzase con la primera fase del mismo en el año 2014.

Por aquel entonces, Vita solicitó su primer microcrédito para tratar de mejorar la oferta de productos en su pequeño puesto de venta de pescado seco, uno de los negocios más típicos en los mercados de la región de West Nile y por lo general de los que menores márgenes generan. Con las mejoras que consiguió llevar a su negocio gracias a su sacrificio y el apoyo del programa durante las dos primeras fases de microcrédito, Vita pudo cerrar su pequeño puesto en el mercado y abrir un establecimiento en el centro de Lodonga en el servir té durante las mañanas.

Sin embargo, las inquietudes profesionales de Vita no se quedaron ahí, y al ver que iba aumentando cada vez más su base de clientes, pensó en empezar a ofrecer comidas a media mañana. Para ello, Vita necesitaría mudarse al local contiguo al suyo, y enfocó sus esfuerzos en ahorrar parte de sus beneficios mensuales con esa idea en mente. Una vez más, con el apoyo de la tercera fase del programa de microcréditos, Vita consiguió dar el salto que tenía en mente y abrió el que hoy en día es uno de los restaurantes más concurridos de todo Lodonga.

Cada día, Vita sirve más de 40 comidas diarias, siendo el estofado de cabra la más apreciada por los clientes. Ofrece también pescado, pollo y judías. Todos estos vienen acompañados de platos típicos uganses como el kaló (pasta migosa de mijo), posho (pasta de harina de maíz) o arroz y otras verduras frescas como tomates, cebolla o repollo. Además, como la actividad en su negocio no para de crecer, Vita ha podido contratar a una empleada que le ayude en la cocina, generando un impacto directo en la comunidad local.

 

En un futuro, a Vita le gustaría poder ofrecer bebidas frías en su establecimiento, para lo que necesita una instalación eléctrica con paneles solares que pueda mantener un frigorífico en funcionamiento. Esto requiere una gran inversión de capital, de mayor cuantía de lo que puede ofrecer el programa de microcréditos, pero gracias a que ahora posee un negocio con activos no tendrá barreras de acceso a préstamos de entidades de crédito, por lo que su negocio podrá seguir creciendo gracias a su esfuerzo y dedicación.

Tal y como nos contaba ella misma, Vita está muy agradecida al programa de microcréditos de África Directo y los Marian Brothers porque siente que ha ido creciendo en sus negocios de la mano de los trabajadores y voluntarios encargados del mismo, y que ha sido ese apoyo el que ha permitido que actualmente pueda permitirse costear los estudios de secundaria de sus tres hijos. Por nuestra parte, al contrario, creemos que somos nosotros los que aprendemos cada día de mujeres como Vita, que con su dedicación, responsabilidad e iniciativa propia nos demuestran que es posible dejar un mundo un poquito mejor para aquellos que vendrán después.

Candiru Rauda

Jaime Fernandez13-Mar, 2021

Candiru Rauda es residente en Okuranga, barrio de Lodonga en el distrito de Yumbe al norte de Uganda. Con sólo dos cursos escolares completados, desde muy joven descubrió que su verdadera pasión era cocinar, y desde entonces acumula más de 40 años de experiencia que la convierten en una de las mejores cocineras de la zona. Después de trabajar muchos años cómo contratada en los restaurantes de otras personas decidió entrar en el programa de microcréditos y emprender. Desde entonces ha recibido dos préstamos con los que ha comprado el material necesario para establecer un puesto de comida en la calle principal de su localidad, además de aprovechar los días de mercado para ofrecer sus productos a los hambrientos vendedores y consumidores.

Su oferta de alimentos es variada, pero sin duda los que más se consumen son sus “pancakes” (rebozados de maíz) y “rice balls” (bolas de arroz con especias locales). En un futuro le gustaría empezar a vender platos de pescado para incrementar sus beneficios. Su sueño es que sus hijas puedan emprender y tener esa independencia económica que ella disfruta actualmente gracias a su esfuerzo y la ayuda recibida por el programa.