Candiru Sabina
Chandiru Sabina tiene 33 años y reside en la localidad de Mongoyo en el norte de Uganda. Tiene cinco hijos, aunque el mayor falleció por malaria cuando tenía nueve años. Gracias al esfuerzo de sus padres pudo terminar trece años de estudios escolares. Nunca pudo acceder a educación superior por falta de dinero. Su sueño es que sus hijos sí que puedan llegar a la universidad y licenciarse.
Hasta hace tres años sus ingresos provenían de la venta de vasijas y envases de plástico. Recibió su primer préstamo con la intención de aumentar su stock de productos pero en ese momento, y gracias a su nivel de estudios muy superior al de la media de mujeres de la zona, consiguió un trabajo en la farmacia de su localidad cómo vendedora. Decidió entonces utilizar el préstamo para comprar y criar cabras.
Dos años más tarde decidió emprender y empezar una pequeña tienda de medicinas en su propia casa. Para ello solicitó un segundo préstamo que pudo devolver antes de lo previsto gracias al
buen desempeño de su negocio. Ahora espera recibir un préstamo de mayor cuantía para poder aumentar su stock de medicinas, ya que con el capital actual no puede cubrir toda la demanda en su zona.