Mida y el Doctor Cavadas
Como seguro que ya sabes Africa Directo está trabajando duro desde 2002 para tratar de conseguir mejorar las condiciones de vida de las personas con albinismo en varios países del Africa subsahariana, la mayoría niños pues muy pocos llegan a ser ancianos, ahora que lo pienso creo que no he visto ningún anciano con albinismo.
¿Por qué digo “trabajando” y no “acompañando o colaborando”, y porque digo “duro”? Lo considero trabajo porque es muy laborioso, sobre todo hace unos años: localizarles, ganarse su confianza y devolverles su dignidad de persona. Hasta ese encuentro estaban considerados o bien como espíritus que tan pronto podían traer fortuna, con lo cual era conveniente conseguir alguna parte de su cuerpo como amuleto; como tan pronto traían desgracia y había que echarles del poblado, apalearles o incluso matarlos. A pesar de esto, su peor enemigo es el sol, que les produce graves quemaduras que degeneran en canceres que al no ser tratados les ocasiona la muerte, una muerte muy dolorosa ya que carecen de cualquier tipo de paliativos.
A lo largo de estos casi 20 años hemos conseguido muchos logros en muchos lugares de Malawi, Tanzania y ahora, en plena pandemia, en Mozambique. Y es de este país del que quería contaros esta historia, una historia que muestra, una vez más, como si hacemos lo que podemos, podemos hacer lo imposible.
Carmen es uno de esos ángeles que andan entre nosotros, disfrazados de personas corrientes. Tiene una “hija” mozambicana con albinismo que es su debilidad y una historia que ha sido digna de ser contada en la película Black man White skin, ganadora de varios premios.
El caso es que nuestra voluntaria Carmen, en uno de sus números viajes a Mozambique coordinando el Programa de Albinismo de Africa Directo, se encontró con una joven albina con un cáncer brutal en la cara. Sin perder tiempo la evacuaron al hospital, pero allí ya no podían hacer nada por ella y la mandaron a morir a su choza. Ante esta situación se puso en marcha la cadena de la solidaridad: “casualmente” vimos en una revista que el doctor Cavadas, eminente cirujano, recibía otro premio más por su magnífico trabajo y… ¡¡se nos encendió la bombilla¡¡¡ Conseguimos su correo y le mandamos un SOS contándole brevemente la historia de la joven Mida. La respuesta no se hizo esperar, solo una palabra: Adelante.
¿Adelante?, nos quedamos bloqueados, ¿Qué significaba “adelante”??? El siguiente correo mas clarificador nos dejo mas impactados todavía: El doctor Cavadas nos mandaba los billetes de avión de Maputo a Valencia para la joven y un acompañante, el corría con todos los gastos de la operación y del hospital. Nos faltaba solo encontrar una casa para el tiempo del post operatorio y unos fondos para la manutención de las dos chicas. Caritas nos cedió un piso muy acogedor y muy cerca de la clínica, y un grupo de matrimonios de los Dominicos de Alcobendas aporto dinero suficiente para todos los gastos de bolsillo y la alimentación de las jóvenes. Un grupo de voluntarios, reclutados por nuestra Carmen en Valencia se ocupaba de visitar y animar a Mida y a su hermana durante toda su estancia, incluso llevandolas a conocer tan bonita ciudad.
Así que…. llego Mida, una joven valiente que no se ha quejado ni un momento poniendo toques de humor en sus momentos más complicados y haciendo a rajatabla lo que le indicaba el doctor y su equipo.
El Dr, Cavadas está tocado por el Señor y sus manos obran milagros todos los días, no me cabe duda.
La operación ha sido un éxito, afortunadamente no había hecho metástasis, así que, tras unas sesiones de quimio para asegurar la total erradicación del cáncer, Mida ya curada y con su cara rehecha ha volado hoy a su casa, donde no acaban de comprender como es posible el milagro.
Es muy difícil nombrar a tantos que han puesto su esfuerzo y trabajo, pero desde el fondo de nuestro corazón le damos gracias a todos y a cada uno de ellos y muy, muy especialmente al Dr, Cavadas, que Dios le siga bendiciendo y que usted siga haciendo el bien.
Mida, te deseamos todo lo mejor, hasta pronto.