Irma Susana Custodio

Guadalupe Martín Laborda09-Sep, 2017Socios Locales

Muchas veces me dicen, supongo que con cariño, ¿conoces a alguna “monjita”? Y siempre me viene a la mente la hermana Susana. Irma Susana siempre sonriente, con su risa contagiosa era una fuerza de la naturaleza: grande, fuerte y arrolladora, pero a la vez emanaba de ella una ternura que la hacía irresistible. Absolutamente irresistible.

Nos conocimos tras las inundaciones de 2000 cuando las lluvias torrenciales dejaron sin vivienda a miles de personas. Irma Susana  se  subió al tejado de la iglesia con toda la gente que logro rescatar y allí permaneció hasta que las aguas bajaron animando y manteniendo la moral de todos. Inmediatamente después lanzo  un SOS a diestro y siniestro hasta que consiguió ayudas para construir un barrio entero, más de 10.000 personas, exactamente 1.777 familias, seleccionando escrupulosamente a  las más necesitadas. Un  barrio con luz y agua, escuelas, centros deportivos, mercado, y viviendas dignas. Como suele suceder en todas partes, al saber que se estaban construyendo las casas, los aprovechados (que haberlos haylos) intentaron ocupar algunas, y ahí se plantó Irma Susana para evitarlo. Eran hombres armados, pero ella no se amilanó y se mantuvo firme, la tensión subía por momentos hasta que le dispararon hiriéndola en una pierna. Ella contaba con grandes risas que era el tiro más rentable de la historia pues gracias a él pudieron conservar las viviendas los más necesitados.

En otra ocasión la reina Sofia acudió a la inauguración del colegio de sus vecinos y allí se plantó nuestra Susana, poco pudo hasta que rompiendo el protocolo y las estrictas ordenes de los encargados de seguridad, se acercó a la reina, le puso la capulana y le hablo de sus proyectos, de sus niñas, de sus escuelas… hasta que la reina le prometió su colaboración.

Miles de niñas huérfanas o abandonadas, miles de ancianos, miles de enfermos, miles de personas necesitadas de cariño han encontrado en ella apoyo, consuelo y amor,  hasta que la dureza de la vida que ha llevado se la llevo prematuramente. De ella podemos decir sin equivocarnos  que dio la vida por los hermanos, y que la entrego con alegria.

Así son estas “monjitas” que tengo el privilegio de conocer y querer.

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