Va por Lore

amigos de Africa/ Malwi &Tnz22-Ene, 2018Amigos , Malawi , Tanzania

Dice el escritor Albert Espinosa que hay personas que irrumpen inesperadamente en tu vida y la cambian para siempre. Son personas con las que a pesar de compartir con ellas una fugaz conversación en un autobús, unas horas en una cena o un curso de baile, dejan en ti una profunda huella… personas que quizá jamás vuelvas a ver. Son los “amarillos”, son las “amarillas”.

Este mensaje de amor, agradecimiento y admiración que llega de parte de sus amigos de Tanzania y Malawi bien podría estar escrito por sus compañeros de la Uni, sus niños de Same o por una de las cientos de personas para las que Lorena fue una “amarilla” con mayúsculas. Porque da igual que compartieses con ella un café o toda una vida; Lorena impactaba y dejaba huella allá donde iba.

Lore brillaba con luz propia, y sus rayos ligeros y generosos se posaban en aquéllos que tenía cerca. A través de sus manos iluminó la vida de miles de personas vulnerables y niños discapacitados en España, Tanzania, Etiopía, Malawi o Afganistán pero también a través de su arrolladora sonrisa iluminó nuestras vidas.

Si me lo permitís continuaré esta carta en tiempo presente porque seguimos sintiendo su luz y queremos que nos acompañe por el resto de nuestros días, por egoísmo, porque queremos ser mejores personas y Lore con su naturalidad y optimismo crea la mejor versión de nosotros mismos. Cuando la pensamos sentimos la pasión por una vida que merece ser vivida al 200%, la importancia de abrazar la libertad, de amar lo que hacemos y de hacer lo que amamos, sentimos su virtud de aportar positivismo a cada instante templando tensiones y desdramatizando conflictos, también su capacidad de dar, de entregarse recogiendo lo mejor de los demás sin perder el tiempo en nimiedades. En cualquier contexto Lorena encuentra la belleza y felicidad que el resto de los mortales tenemos delante y a menudo nos empeñamos en no ver.

Lore, desde el pasado 11 de septiembre amigos de 9 países de 4 continentes nos hemos movilizado para compartir vida pasada, te hemos llorado y hemos reído al recuerdo de cientos de anécdotas que nos has regalado, nos hemos abrazado más que nunca, no recuerdo tantos “te quiero” y “te echo de menos” como en estos días… Todo esto es parte de ese “Efecto Lorena” del que hablaba una de tus compañeras del alma. Este efecto que se queda porque seguiremos pensándote y devolviéndote la vida que nos regalaste durante tantos años. Se queda porque sabemos que este efecto tiene efecto multiplicador y salpicará de alegría y amor a las personas que tenemos cerca, como tú hiciste con tu familia, pacientes y con todos nosotros.

Que siga ese “efecto Lorena” en las vidas de las personas que hoy nos reunimos en su recuerdo, porque sin duda contribuiremos a dejar a nuestro paso un mundo mejor en el que vivirán nuestros hijos. Mi mundo ya lo es porque tú formas parte de él. Gracias Lore por este gran regalo.

Safari njema rafiki! ¡Buen viaje amiga!