¡QUÉ PENITA! ¡QUÉ ALEGRÍA MÁS GRANDE!

Jose Maria Marquez23-May, 2023

Hace casi cuatro meses la vi por última vez… ¿Por última vez? ¡Que duro suena!
Visitaba como siempre diferentes Misiones en Uganda, y el 29 de enero no podía faltar a mi cita anual con Sister Paola. Siempre salía emocionado de su casa en Ediofe Health Centre, en la frontera noroeste de Uganda con Sudán del Sur y RD Congo. Me emocionaba porque en ella veía a Dios, su amor por los más pequeños, su ternura, su misericordia infinita. La veía a ella y, aunque pueda parecer blasfemo, pensaba: ¡Así es Dios! A un pagano le podría recordar simplemente a la abuelita de Heidi, pero si conocías su obra, su motivación, y si la conocías a ella, te dabas cuenta que había algo más, ¡mucho más! Viéndola sabías con certeza que Dios existe, que nos quiere, que nos sonríe, y que se parece mucho a Sister Paola. Bueno, o Sister Paola a Dios, que también «tiene sed» cuando los más pequeños tienen sed, o hambre…
Con cerca de 90 años a sus espaldas, más de 60 en Africa, te enseñaba «su misión» mientras rodeabas un enorme mango… «Este árbol lo planté hace más de 50 años», decía… ¡Plantó tantas cosas! Plantó muchos árboles, pero también «plantó» muchos edificios, muchas vidas y muchas almas… ¡Sus «semillas» eran muy fértiles, y también «su abono» y sus cuidados!
Y seguirá plantando desde el Cielo… Por eso, aunque egoístamente me de penita, no puedo dejar de sentir la enorme alegría de saber que lo consiguió. Y al igual que felicitamos a la madre que tuvo su hijo tras nueve meses de embarazo, o al opositor que consiguió su plaza tras varios años de estudio, o al equipo que ganó su ansiada final… Sister Paola quería ir al Cielo, ese era su objetivo en vida, y no tengo la más mínima duda que lo ha conseguido y es por ello que también me alegro y la felicito…
Y ahora nos toca ponernos en camino a los demás, recoger las miguitas que nos ha dejado como «Garbancito» y, a años luz, intentar seguir su camino sin torcernos demasiado…
Pongo en oración el Evangelio de hoy (San Juan 17, 1-11a), y me quedo con un par de versículos que me hacen pensar en Sister Paola:
«Padre, ha llegado la hora…» «…para que tu Hijo te glorifique a ti y (…) dé la vida eterna a todos los que le has dado».
«Yo te he glorificado sobre la tierra, he llevado a cabo la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía junto a ti antes que el mundo existiese.»
«Te ruego por ellos (…) por estos que tú me diste, porque son tuyos. Y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado. Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti».»
¡No puede ser que la haya visto por última vez! Tengo que vivir con ella, con su ejemplo en mi corazón, con su bondad y su sonrisa siempre alentándome y motivándome para cumplir, para conseguirlo, para llegar… Para llegar donde ella está ahora, para volver a verla, pero para eso me falta mucho… Mucho tiempo no sé, solo Dios lo sabe. Pero si mucho que hacer y mucho que dar, ¡y el examen puede estar a la vuelta de la esquina! Pero esa ternura de Sister Paola preguntándome siempre con tanto cariño por la gente de Africa Directo, cada uno por su nombre, y por mi familia… Esa ternura me asegura que hay esperanza y que Dios nos querrá como lo hacía Sister Paola.
Tu ya estás en el Cielo. Diste la Vida y ahora descansas en Paz. ¡Hoy debe haber un fiestón en el Cielo!

¡Gracias por mostrarnos el Camino! ¡Que Dios te bendiga!

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Jose Maria Marquez
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