Descansa en paz Mimitos Abad

A nuestra querida Mimitos
Nos dejaste, pero tu recuerdo sigue dándonos la luz que tu irradiabas.
Todos los que te conocimos te quisimos. No dejabas alternativa. Tu dulzura y tu sonrisa permanente hacían fácil el cariño y natural la confianza. Sabías escuchar con el corazón y tenías ese don tan especial de hacer sentir al otro que estabas cerca, comprendido, acompañado.
En los momentos de crisis o de conflicto, cuando todo parecía desordenarse, tú buscabas la armonía. Tratabas de unir, de tender puentes, de suavizar las heridas. No imponías nunca, proponías desde la paz. Contigo, el encuentro siempre era posible.
Fuiste eficaz y trabajadora incansable, entregada en todo lo que hacías, con responsabilidad y amabilidad
¡¡ Cuantos miles de personas se habrán beneficiado de tus horas de trabajo en Manos Unidas¡¡
Y cuantos miles de personas han visto sus vidas cambiar gracias a tu generosidad apoyando tantos proyectos de África Directo¡¡
Y, por encima de todo, madre maravillosa, a tus hijos les dejas el ejemplo más valioso: una vida vivida con amor, coherencia y entrega generosa. En ellos continúa tu luz, tu fortaleza y tu manera tan hermosa de estar en el mundo.
Ay Mimitos, me parece estar oyendo las palabras del Señor cuando te ha salido al encuentro: “Ven, bendita de mi padre, porque tuve hambre y me diste de comer, estaba desnudo y me vestiste, estaba enfermo y me visitaste…”
Descansa en paz amiga